martes, 5 de julio de 2011

Cronica la Marmotte 2011

Todo empezó en septiembre de 2010, cuando en una de las primeras salidas después de las vacaciones nos decidimos a hacer la Marmotte, la marcha entre las marchas, con una dureza digna de los pros.
En diciembre, cuando abrieron las inscripciones logramos inscribirnos  sin muchos problemas. De nuestra peña nos animamos a hacer la prueba Mario, Laure, Manolo, Gonzalo y yo (Isma).

30 de junio de 2011
Nos levantamos a las 4 de la mañana y Laure que tenía la furgona, paso a recogernos uno a uno. Antes de las 6 ya lo teníamos todo listo y partíamos rumbo a los alpes. Nos esperaba un largo viaje de 11 horas desde valencia.  Nos fuimos turnando la furgona y sin mayores problemas nos plantamos cerca de nuestro destino. No contábamos con los atascos que se suelen montar en los alrededores de Grenoble. 

Llegamos a las 7 de la tarde más o menos a Alemond y después de hablar con la casera y pagarle nos cambiamos para dar una pequeña vuelta por esos parajes tan majestuosos. Queríamos subir unos pocos kilómetros del Alpe d’Huez, pero con las prisas nos equivocamos de camino. Menos mal que la zona está llena de puertos, al final empezamos a subir el primer puerto que nos encontramos (12km al 6%), ahora mismo no recuerdo el nombre. A la vuelta a casa aun no era de noche completamente así que nos hicimos un par de kilómetros del Glandón.


1 de Julio de 2011.
Después de desayunar como unos campeones, nos pusimos el maillot de las cebras y empezamos el reconocimiento del recorrido con nuestra fragoneta J. Esta vez me toco conducir a mí y a los pocos metros ya me había subido al bordillo y los tenía a todos acojonados.  Nos dirigimos hacia el Glandón, primer puerto de la prueba.  Lo conocía de oídas, y aunque no tiene el nombre del Galibier o el Alpe d’Huez, nos sorprendió a todos más de la cuenta. A medida que subíamos nos entraba miedo escénico. Menudo puertaco!!! Poco a poco nos mentalizamos de que nos tocaria sufrir como bellacos.   Al coronar el puerto nos hicimos las fotos pertinentes y empezamos el descenso.  Ojito, con esta pendiente se coge velocidad sin darse cuenta, además hay barranco por un lado y da mucho respeto. Con razón el descenso es no cronometrado, para que la gente no baje tan encendida.
Después de tomar un café nos dirigimos al telegraf y el Galibier, dos auténticos colosos de los alpes, que al estar seguidos se hacen eternos. Ente los dos puertos acumulan un desnivel de más de 2000m y 34km de ascensión. A medida que vamos subiendo, la vegetación empieza a desaparecer y las montañas se ven peladas. Al fondo vislumbramos la cumbre del Galibier con algunos restos de nieve. Los últimos 8 km del Galibier son los más duros con un desnivel del 9%. Al llegar arriba nos abrigamos, porque hace un viento helado y eso que luce un sol radiante. No quiero ni imaginar el frio que debe de hacer si sale un día malo. Después de comprobar el frio que hace, ya vamos perfilando la ropa que llevaremos el día de la Marmotte.  La bajada es menos técnica que la del Glandón y está recién asfaltada. Pero sigue siendo peligrosa, ya que se coge rápido mucha velocidad y luego hay curvas que se van cerrando más de lo esperado.  Una vez pasas los primeros kilómetros se llega al cruce y la pendiente ya suaviza. Ahora nos dirigimos hacia el Alpe d’Huez.  La bajada parece que no termina, los 45km de bajada se hacen largos y nos encontramos los famosos tuneles, que están mal iluminados. Así que habrá que tener precaución.

Llegamos a Bourg d’Oisans y empieza la subida al Alpe d’Huez con sus 21 curvas.  La pendiente oscila entre el 9% y el 11%, pero al ser el último seguro que llegamos con las fuerzas justas. Se ven muchos ciclistas ascendiendo el Alpe y muchos de ellos son españoles, los distinguimos por los distintivos de sus maillots (Xirivella, Denia,..)
Al llegar arriba recogemos el dorsal y como la organización no tuvo la dignidad de regalar el maillot nos lo tuvimos que pagar nosotros. Sin perder más tiempo nos fuimos a la casita a preparar la bici y a intentar descansar un poco.

2 de Julio de 2011
Ha llegado el día esperado, nos asomamos al jardín y el termómetro marca 3ºC, menudo frio,  yo ya no estoy acostumbrado. Nos preparamos y partimos camino a Bourg d’Oisans, que está a 10 km de la casa. De camino nos encontramos con los primeros participantes, que toman la salida 40 minutos antes que nosotros.  A la llegada a Bourg D’oisans, nos encontramos la salida delante de nosotros y sin mucha complicación nos ponemos en la salida, por cierto había  un grupo de música amenizando la espera que cantaba algo de flamenco en castellano.
A las 7:50 dan la salida y empezamos a rodar, la gente va muy mentalizada y se nota la tensión en el ambiente, los únicos que están de humor para contar chistes y cantar somos nosotros. Nos sentimos un poco incomprendidos.  A los 20 minutos de salida ya nos encontramos con el Glandón, me siento super lleno, he desayunado mucho y con poca antelación y me pesa la tripa. Poco a poco me voy encontrando mejor,  me preocupa el ritmo que llevamos y mando a Manolo parar un poco, me parece excesivo el ritmo y esto es muy largo. A mitad puerto Gonzalo decide ir a su marcha y tira para adelante.  El resto seguimos en manada y nos vamos apoyando.  Sin muchas dificultades conseguimos coronar el Glandón, ahí tuvimos el primer percance, porque me adelante para tomar unas fotos de mis compañeros y en la cima hay tanta gente que no lograba encontrarlos.  Me aparto en la cuneta nada más empezar el descenso a ver si los veo pasar. Por suerte veo a Laure y me voy abajo con ellos.   Las primeras curvas las tomo con mucha precaución y poco a poco me voy soltando y consigo bajar mejor y sin tanto miedo.  A las pocas curvas vemos la primera ambulancia recogiendo a un ciclista malherido y al cabo de un rato nos encontramos al segundo ciclista piñado.  La verdad es que con tantos ciclistas, se hace muy peligroso bajar, además el tráfico está abierto y suben coches y ciclistas. Pese a ir con prudencia, algún que otros susto te llevas en la bajada.  Una vez abajo nos reagrupamos los 4 y pillamos un grupo con el que esperamos ir hasta pie de Galibier.
En el llanó Mario se carga el cambio de la bici y se frena en seco, por suerte no íbamos muy rápido y solo se cayeron un par de ciclistas. Laure iba unos 20 metros delante y no se entera de nada. Nos quedamos Manolo y yo con Mario y vemos que no tiene solución lo del cambio.

  Al cabo de un buen rato pillamos una moto de la organización y nos dice que en un par de horas pasa el bus escoba. Manolo se quiere quedar con Mario, pero al final decide continuar, le di mi teléfono a Mariet para que no estuviera incomunicado.  Manolo y yo pillamos el siguiente pelotón que paso por delante y seguimos la carrera, con la esperanza que todo le fuera bien a Mario.  A los pocos kilómetros nos encontramos en el arcén a Laure y le pegamos un grito para que nos siga. Le contamos lo ocurrido con su hermano y a punto estuvo de volver con él, pero logramos convencerle de que estaba bien.  
Sin darnos cuenta nos plantamos delante del Telegraf y chino chano lo subimos sin demasiadas dificultades. Ibamos a buena marcheta y adelantando gente todo el rato.  La verdad es que vimos gente tirada en la cuneta por cansancio durante toda la prueba. Daba gusto ver a tanta mujer en la prueba. En España la participación de las mujeres es casi nula y aquí fácilmente rondará el 10% del total. Poco a poco coronamos el Telegraf y seguimos adelante, no queríamos parar en ese avituallamiento porque está muy petado. Después de un breve descenso de un par de kilómetros empiezan los 17km del Galibier, en la primera fuente que encontramos, paramos a llenar los bidones y a comer alguna barrita y seguimos la marcha.  A falta de 6 km para coronar Manolo se siente agotado y paramos 5 minutillos a tomar aire y después como si nada seguimos subiendo, la parada técnica nos sentó bien.  Esta vez a falta de dos kilómetros Laure se fue delante a tirarnos una foto.

Al coronar nos pusimos el chubasquero y nos pusimos a bajar. Cómo Manolo baja mejor acordamos reagruparnos en el cruce de abajo. Manolo nos espera en el cruce según lo pactado y retomamos la marcha. Bajamos a buena marcha pero con precaución, los tuneles son muy peligrosos. A mitad bajada nos paramos en un bar que nos encontramos por el camino, porque parte del equipo necesitaba ir al baño. Tantas barritas y geles te pueden revolver el estómago.  Allí en el bar nos encontramos a unos catalanes que también estaban haciendo la prueba sin estresarse. Después de despedirse de los catalanes seguimos nuestra marcha, los tuneles parece que no se acaban nuca, creo que pasamos 6 ó 7. En uno de ellos nos llevamos un susto de muerte, al haber poca visibilidad los ciclistas de delante frenaron y tuvimos momento de pánico. Menos mal que no venían coches de cara y me pude salir al carril contrario y evitar de este modo un buen porrazo.  A estas alturas de la carrera me dolía la espalda y las manos por la fuerza que haces al frenar, pero menos mal que ya estamos a punto de llegar a Bourg d’Oisans que es donde empieza el Alpe d’Huez. 
Empezamos a subir el puerto bastante enteros de fuerzas, vamos adelantando gente y las curvas van cayendo  21,20,19,18…   casi que hay más gente subiendo a pie que en bici, la carrera se hace muy dura y sino regulas te pasa factura.  A falta de 7 curvas y con el trabajo casi finalizado paramos a tomar un pequeño respiro.  Retomamos la marcha y seguimos subiendo hasta el final, a falta de 1km para finalizar la prueba, llegamos a la estación de esquí y suaviza la pendiente. Aún tenemos la dignidad de poner el plato y hacer los últimos metros esprintando. Llegamos a meta los tres juntos, allí nos espera Gonzalo que hace más de 1 hora que termino. Gonzalo nos da buenas noticias de Mario, ya estaba a punto de bajar del Autobús.
Recuperamos un poco el aliento y tomamos algo de comer y nos bajamos el puerto para ir a casa.
Al llegar a casa, tenía una sensación extraña, por un lado estaba contento por haber acabado dignamente, pero por otro tenía un poco de rabia por la avería de Mario.  Era el que estaba menos en forma de los 5, pero el último mes se había puesto las pilas y yo confiaba en él.  El primer puerto lo había subido bastante entero y se veía con ganas.

Mario volveremos a terminar lo que dejamos a medias.

2 comentarios:

  1. Me muero de la envidia, espero poder estar con vosotros en próximas ediciones.

    Miguel UK

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  2. Claro que sí, a ver si volvemos a rodar juntos pronto.

    Un saludo Migue,

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